La productividad, entendida como la relación entre la producción obtenida y los recursos usados sigue siendo una asignatura todavía pendiente por un gran porcentaje de las empresas españolas. No existe una relación matemática entre la cantidad de horas de trabajo y la productividad, por lo que el secreto no es trabajar más horas, sino que hay numerosos factores que influyen en la productividad de los trabajadores, tanto de forma positiva como negativa.
Aunque la energía, la actitud personal, los recursos, el equipamientos, los objetivos y el líder de un equipo influyen notablemente en la productividad de los trabajadores, lo cierto es que muchas veces no prestamos tanta importancia al entorno en el que se desarrollan las distintas actividades a lo largo de la jornada laboral.
De hecho, las características físicas del puesto de trabajo tienen la misma importancia que estos para mantener la productividad laboral. Desde la cercanía con los compañeros al mobiliario y equipamiento que se usa, pasando por la iluminación o los elementos decorativos, el entorno de la oficina influye considerablemente en nuestro nivel de eficiencia a la hora de completar nuestras tareas.
Cómo influye el entorno y el espacio de trabajo en la productividad
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Iluminación natural
Desde tiempos remotos, el hombre ha vivido en contacto con la naturaleza, disfrutando de la luz del sol. Sin embargo, desde hace unos pocos miles de años y, especialmente hoy en día, nos empeñamos en pasar la mayor parte de nuestro tiempo en espacios cerrados. Se ha demostrado que los trabajadores son mucho más eficientes cuando sus puestos de trabajo reciben luz natural en lugar de luz artificial. Por eso, si es posible, conviene aprovecharla, ya que además ayuda a reducir los niveles de estrés y ayuda a mejorar la productividad.
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Aislamiento acústico
El ruido es uno de los peores enemigos de la concentración en los entornos de trabajo. Aunque en los últimos años las open-office u oficinas abiertas se han convertido en tendencia, lo cierto es que diversos estudios han demostrado que este tipo de distribuciones terminan mermando la productividad de los trabajadores.
En este sentido, es clave contar con una buena división de espacios que permita que los empleados cuenten con espacios separados acústicamente donde puedan enfocarse de manera más eficiente es sus tareas. Una de las mejores soluciones para dividir espacios son las mamparas de oficina, que permiten crear distintos despachos y ambientes de una forma rápida, económica y sencilla.
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Temperatura adecuada
El confort térmico es uno de los factores que más influyen en la productividad de los trabajadores. Según los expertos, la temperatura más adecuada para los espacios de trabajo es de aproximadamente 22 grados centígrados. Tanto si es más elevada o más baja, puede afectar negativamente a la eficiencia de los empleados. Y no sólo es importante contar con los equipos de climatización necesarios, sino también dotar a nuestras instalaciones de buenas infraestructuras que impidan que el calor se escape en invierno y el fresco en verano.
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Espacios ergonómicos
Si queremos aumentar la productividad de nuestra empresa, los espacios de trabajo deben planificarse atendiendo a las necesidades de comodidad y bienestar de los empleados. Entre las personas que trabajan sentados frente a ordenadores buena parte de la jornada laboral, son frecuentes los dolores de cuello, espalda y hombros, lo que termina por traer consigo un alto número de bajas laborales y absentismo. Por esta razón, es clave que los distintos puestos de trabajo se ajusten a las peculiaridades de cada empleado. Y es que cuanto mayor sea nuestro nivel de comodidad, más comprometidos estaremos con la empresa y más productivos seremos.
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